Los 15 años del plan Colombia
“Para las Farc y su séquito de políticos comunistas el plan Colombia es y seguirá siendo un plan maquiavélico porque jugo en contra de todos sus intereses estratégicos sobre la toma del poder; con el plan Colombia las Farc fueron doblegadas y el narcotráfico perdió fuerza”

Hay que escribir únicamente para que todo esto no sea olvidado, para que un día nuestros descendientes lo sepan.
Alexandre Soljénitsyne
Christopher Rivers
Pasaban los años 1996,1997 y 1998 cuando yo aún era un colegial, para ese entonces, se podía observar a diario imágenes apocalípticas que los noticieros replicaban constantemente, donde exponían la crueldad y la infamia de terroristas de las Farc destruyendo y arrasando pueblos en su totalidad; veíamos como ponían caballos con bombas haciendo explosión en parques, plazas y tiendas asesinando personas inocentes; realizaban pescas milagrosas; tomas guerrilleras donde masacraban vilmente a soldados después de su rendición, tal fue el caso del capitán mazo en la toma de la base militar de las delicias, así mismo, observaba como sistemáticamente aplicaban la estrategia del ataque en masa y fuego nutrido (Termino que estudie y aprendí en la Escuela Militar de Cadetes) que aplicaron considerablemente en patascoy y Mitú.
Adicional a este panorama no muy alentador, se le sumaba una crisis política sin precedentes en nuestro país, el presidente de turno “Ernesto Samper” afrontaba el proceso 8000 siendo acusado de recibir financiación del narcotráfico para su campaña presidencial. Los estados Unidos automáticamente le quitaron la visa Americana y obviamente el respaldo y apoyo que el país del norte podía ofrecer.
Ante esta gran vergüenza para el país, en los dos aspectos tanto de seguridad como los nexos de la política colombiana con el narcotráfico nos encontrábamos ante una Colombia perdida y sin temor a equivocaciones teníamos ante nuestros ojos un Estado fallido.
Con la salida de Samper y la llegada de Andrés Pastrana vuelve la esperanza para la Colombia fracasada, trayendo consigo la tabla de salvación que fue llamada: “Plan para la Paz y el Fortalecimiento del Estado o Plan Colombia para la paz”, esto fue como tal, un acuerdo bilateral constituido entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos.
A continuación, profundizare sobre un punto primordial que es la seguridad del país y de como esta se fortaleció, así mismo, de cómo el plan Colombia sirvió de estrategia contra el terrorismo y el narcotráfico.
Plan Colombia
Ante este nuevo impulso histórico, me permitiré dividir en tres etapas significativas este plan por las cuales se desarrolló desde hace quince años.
La primera etapa la he denominado como: “concepción”; donde pudimos evidenciar como el nuevo presidente de los colombianos se permitía realizar un convenio con el país del norte y su homólogo Bill Clinton abriéndole paso al plan Colombia.
Durante la negociación, se destaca el papel realizado por Luis Alberto Moreno embajador en Washington y de Luis Fernando Ramírez como ministro de defensa; a su vez, se presenta durante este gobierno los fallidos diálogos en el caguan junto con el fortalecimiento militar y económico de las Farc.
La segunda etapa la he llamado: “implementación y avance”; asumido durante ocho años por Álvaro Uribe Vélez, donde se fortaleció su gran estandarte político y prácticamente su agenda como tal, esta fue la llamada “política de seguridad democrática”.
Este periodo de gobierno fue crucial para la recuperación de aquel estado fallido que hasta los últimos diálogos con los terroristas dejaba denotar inseguridad, desconfianza, debilidad y flaqueza.
Y la tercera etapa y menos favorecida denominada: “retroceso y fracaso”, donde se pierde todo lo logrado hasta ese momento.
La era Uribe
Esta etapa del plan Colombia fue asumido por la política de seguridad democrática, se orientó básicamente a la recuperación del país que estaba sumido en la vergüenza, y es por eso que se puede denotar un giro histórico de 180° cuando empieza la tarea de: “Relegitimizar y fortalecer las instituciones, de proceder a la recuperación del territorio Nacional y la implementación de una lucha frontal y permanente contra el terrorismo y el narcotráfico”.
Los recursos del plan Colombia fueron abundantes en cuestión de seguridad, permitiendo al país contar con unas Fuerzas Militares y de policía fortalecidas para el servicio de los colombianos, posicionándolas entre las primeras del continente con mayor cantidad de hombres, mejor equipamiento y mejor entrenamiento.
De esta manera los colombianos vimos como pasaban a la historia las víles y cruentas tomas guerrilleras a pueblos y bases militares, los secuestros masivos en las carreteras y en las ciudades, estas fueron reducidas en un 95%, la voladura de puentes se redujo casi en su totalidad, se diezmaron los atentados terroristas y se le persiguió a las Farc como lo que son: “bandidos narcoterroristas”. Se desmovilizaron a los paramilitares, se atacó la siembra de coca y se le declaro la guerra al narcotráfico como en los viejos tiempos de Pablo Escobar.
Se le dieron contundentes golpes a las Farc, las Bacrim y al Eln a tal punto de hacerlos huir a países como Ecuador y Venezuela, donde se han refugiado con el visto bueno de sus gobernantes de turno.
En entrevista al señor senador Alfredo Rangel en el programa la hora de la verdad, al preguntársele sobre los resultados de la política de seguridad democrática con el plan Colombia dijo: “El homicidio según datos estadísticos se redujo a la mitad, los retenes de las guerrillas narcoterroristas disminuyeron un 90%, lo mismo que las acciones terroristas descendieron un 80 %, los ataques a oleoductos disminuyeron un 70% “. Al preguntarle por la lucha contra el narcotráfico afirmo: “Las siembras ilegales y la producción de coca se redujeron en un 50%, así mismo las aspersiones y las erradicaciones masivas manuales de hoja de coca tuvieron sus efectos positivos, en la lucha contra las bandas criminales se extraditaron más de 1000 narcotraficantes a Estados Unidos incluyendo miembros de Farc y paramilitares”.
El doctor Fernando Londoño no fue indiferente ante estas declaraciones del senador, el por su parte afirmó: “Cuando Álvaro Uribe toma posesión presidencial en el 2002, habían más de 300 alcaldes que estaban fuera de sus municipios ejerciendo porque Farc los tenía amenazados de muerte y en su lugar ellos estaban gobernando, es decir más de la mitad del territorio nacional estaba al infortunio de estos bandidos, con el plan Colombia y la política de seguridad democrática se recupera la soberanía nacional, se fortalece la fuerza aérea y la aviación del ejército, se crean los batallones contra el narcotráfico que junto con la dirección nacional de estupefacientes se propinaron grandes golpes a este negocio ilícito”.
Desde mi mi humilde opinión, debo resaltar el trabajo de la fuerza pública con la población civil, se perdió el miedo a denunciar y resultaron efectivas las redes de informantes implementadas a lo largo y ancho del país. Se incorporó y se comprometió a las poblaciones y comunidades con su propia seguridad, sus únicas armas fueron el valor y un celular o una línea telefónica para informar; se crearon redes de cooperantes que sirvieron para adelantar fuertes trabajos de inteligencia y así acertar fuertes golpes a narcotraficantes, terroristas y bandidos. No hubo cabida para ellos en el país y como lo dije con anterioridad, les toco huir, escondiéndose en países vecinos.
En esta etapa se desarrolló un fuerte trabajo para la implementación de la defensa de los derechos humanos; a pesar de que la guerra jurídica cumplió su cometido a favor de los ilegales junto con algunos excesos que las guerras y los conflictos traen consigo, se pudo marcar una notable diferencia con años anteriores, donde bajaron los índices de desplazamiento forzado, se redujo considerablemente los asesinatos a defensores de derechos humanos y periodistas, se respetó la libertad de expresión y se dio una prensa libre, se protegieron los medios de comunicación y medios periodísticos, a pesar que se presentaron críticas, oposiciones y denuncias ningún canal radial ni televisivo se vio censurado, cosa contraria como si lo hicieron en su momento el régimen venezolano y cubano; con la desmovilización de los paramilitares se redijeron las masacres y los secuestros, a las Farc les toco entregar sus secuestrados retenidos por años en condiciones infra-humanas al mejor estilo de los campos de concentración Nazi y se le propino un golpe muy contundente que fue la gloriosa operación Jaque, muy conocida por todos los colombianos y declarada como una obra de arte para la estrategia militar donde se respetaron los derechos humanos de combatientes y no combatientes. A pesar de que se presentaron violaciones de derechos humanos se insistió en la promoción y la defensa de estos, al punto de marcar una notable diferencia con la Colombia antecesora del 2002.
Etapa de fracaso y retroceso
Con la llegada de Juan Manuel Santos a la presidencia viene el declive del pan Colombia junto con la política de seguridad democrática.
Con notable extrañeza el país vio como la máxima carta política que catapulto a Santos a la presidencia, fue tirada al suelo y pisoteada sin escrúpulos, siendo traidor no solo del que le dio su respaldo como lo fue el señor Uribe sino de los colombianos que dieron su voto de confianza para la continuidad de esta política de seguridad.
Retomando la entrevista al señor senador Alfredo Rangel en el programa la hora de la verdad afirmó: “con santos se desmonto cada uno de los componentes que se venían desarrollando en el periodo de gobierno anterior, entre ellos tenemos el cierre del programa soldados campesinos y el programa de redes de informantes”. Estas aseveraciones son reforzadas por el Doctor Fernando Londoño afirmando: Santos prohibió los bombardeos aéreos a las madrigueras de las Farc, prohibió las fumigaciones aéreas y terrestres, lo mismo que la erradicación manual, acabo la dirección nacional de estupefacientes y la extinción de dominio, cerró el paso a las extradiciones que era elemento fundamental en la política del país, es de recordar que se pagó con muertos en la toma del palacio de justicia para defender la extradición lo mismo que en la lucha frontal contra pablo escobar y santos inescrupulosamente sin más ni más cerro la extradición”.
Marcadas decisiones políticas que generaron la tendencia negativa de los indicadores de seguridad, cifras que antes fueron en ascenso ahora eran invertidas, empieza a aparecer de nuevo la voladura de torres de energía, el secuestro, se incrementó el terrorismo, los narco terroristas de Farc vuelven a veredas y municipios donde había sido desterrados debido a la presión y el control militar ejercido por la fuerza pública, así mismo, se incrementan los hostigamientos a bases militares y estaciones de policías, se multiplico la extorsión, también se fue en aumentó el reclutamiento de menores para grupos ilegales como Bacrim y narco Farc, acrecentaron los retenes ilegales y las deserciones que se presentaron en algún momento por parte de bandidos desertados de las filas terroristas se redujeron.
Según datos de naciones unidas, Colombia incremento la producción del narcotráfico en un 50% y el aumento de los cultivos de coca en un 40%, Las Farc vuelven a empoderarse del negocio de narcotráfico convirtiéndose en el mayor productor cocalero no solo del país sino del continente. Las Bacrim se aliaron con los terroristas desarrollándose un apoyo logístico y de inteligencia mutuo, elaborando así una alianza infernal entre estas dos organizaciones criminales.
Conclusiones
Para las Farc y su séquito de políticos comunistas el plan Colombia es y seguirá siendo un plan maquiavélico porque jugo en contra de todos sus intereses estratégicos sobre la toma del poder; con el plan Colombia las Farc fueron doblegadas y el narcotráfico perdió fuerza.
En Washington no hay nada que celebrar, todos los esfuerzos realizados en cuanto a la seguridad fueron en vano, el narcotráfico que tantos fallecidos ha dejado a lo largo de nuestra historia hoy por hoy descaradamente y sin la más mínima vergüenza a nuestros caídos en acción y personal civil se ha convertido en un delito conexo, es decir que es un delito prácticamente político y amnistiable.
Colombia posee una memoria cortoplacista donde no tenemos puntos de comparación y divergencia sobre lo que es y ha sido nuestra sangrienta historia. Olvidamos con facilidad el horror y el temor infringido de quienes nos han amedrantado con sus ilegales fusiles y terminamos siendo cómplices de ellos siendo ahora sus víctimas complacientes. Vemos con beneplácito orgullo que la solución a nuestros problemas es claudicándose política y militarmente a los enemigos reales de la patria y que nuestras contrariedades serán resueltas con una firma mágica en un papel pusilánime.
Seguimos creyendo que la paz es un trabajo del gobierno y no de nosotros, nos olvidamos que tenemos los gobernantes que nos merecemos porque vendemos nuestra conciencia a los engaños populistas. Sufrimos de alzhéimer cuando no recordamos que no podíamos viajar por las carreteras del país, cuando olvidamos con facilidad que cuando el terrorismo nos doblegó hubo alguien quien se sacrificó por cambiarlo todo.
No hay nada que celebrar cuando los narcotraficantes más antiguos y avezados del continente se labran un camino político impune, cuando justifican su lucha ilegal a un discurso romántico revolucionario con base en falacias populistas, cuando justifican sus atrocidades en una falsa lucha socialista demagógica, cuando usan engañosamente a campesinos para hablar de un agro que ellos mismos han corrompido por décadas, cuando hablan de medio ambiente siendo ellos los promotores de minas ilegales que atentan contra la naturaleza misma.
En fin, de mi parte no celebro nada, porque yo si recuerdo nuestras víctimas y nuestros caídos, pero más importante aún, no soy ni seré cómplice jamás de una farsa llamada paz.
CHRISTOPHER RIVERS